El 10 de octubre: hebreos 4,14-16: Homilía
Mis hermanos y hermanas,
Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro sumo sacerdote. Él ha entrado en el cielo, no para alejarse de nosotros, pero si para interceder por nosotros.
Ustedes que llegaste aquí de los países Hispanohablantes conocen esta. Celebran la misma misa en Springfield que celebraban en su país natural. Sólo el idioma es diferente.
Con todos nosotros juntos, conmigo y con ustedes, Jesucristo nuestro sumo sacerdote celebra la misa hoy aquí. Todos nosotros bautizados con nuestro sumo sacerdote celebramos la misa. Todos los bautizados compartimos el sacerdocio del sumo sacerdote. Ustedes comparten el sacerdocio de Cristo por su bautismo; yo también comparto en el mismo sacerdocio por mi bautismo y entonces por mi ordenación. Pero si, hay un solo sacerdocio de Cristo, compartido con todos nosotros en Cristo. Todos nosotros celebramos la misa; no sólo yo el sacerdote ordenado, pero yo y ustedes, que somos sacerdotes por el bautismo, celebramos la misa.
Ustedes son importantes, iguales conmigo porque estamos juntos con Cristo, nuestro sumo sacerdote, en la acción de la misa. El próximo julio, cuando habrá un párroco con tres otros ordenados sacerdotes para once parroquias, Jesucristo, nuestro sumo sacerdote, va a celebrar la misa con ustedes y con nuestros párrocos dondequiera celebramos la misa.
Necesitamos ser fieles a Cristo en estos tiempos de dificultad para que somos sacerdotes por el bautismo en Cristo nuestro sumo sacerdote. Necesitamos tener muchos más sacerdotes ordenados, pero es lo más importante que todos nosotros que somos bautizados en Cristo, nuestro sumo sacerdote, permanezcamos fieles a esta vocación de Dios.
Nuestro sumo sacerdote, Jesús, ha entrado en el cielo, no para alejarse de nosotros, pero si para interceder pro nosotros y también estar con nosotros por su Iglesia en sus sacramentos. Jesús se nos junta a nosotros por el bautismo que él y nosotros hemos recibido. Jesús esta siempre con nosotros y su presencia en su Iglesia dondequiera celebramos con él la misa.
Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro sumo sacerdote, que ha entrado en el cielo, no para alejarse de nosotros, pero si para interceder por nosotros y permanecer con nosotros, que somos consigo su sacerdotal pueblo.
ORACIÓN UNIVERSAL
El 17 de octubre 2021
1. Por el éxito del programa llamado Faros de Luz en la archidiócesis, roguemos al Señor. TE ROGAMOS, ÓYENOS.
2. Por nosotros y por todos nuestros demás feligreses en la reorganización de nuestras parroquias, roguemos a Señor. TE ROGAMOS, ÓYENOS.
3. Por todos los que les enseñan la sabiduría de las edades a sus estudiantes, roguemos al Señor. TE ROGAMOS, ÓYENOS.
4. Por los que sufren por sus discapacidades físicas, morales o mentales, roguemos al Señor. TE ROGAMOS, ÓYENOS.
5. Por los que no quieren recibir la vacunación contra el coronavirus, roguemos al Señor. TE ROGAMOS, ÓYENOS.
6. Por todos los llamados al sacerdocio, a la diaconada, al matrimonio, a la soltería o a la vida religiosa, roguemos al Señor. TE ROGAMOS, ÓYENOS.
7. Por los que están buscando remedios de enfermedades contagiosas, los que sufren del coronavirus (,_______________________________) y todos los otros enfermos, moribundos y hospitalizados de nuestras comunidades y para todos los que se ocupan de sus necesidades, roguemos al Señor. TE ROGAMOS, ÓYENOS.
8. Por (_______________________________________ y) todos los muertos, roguemos al Señor. TE ROGAMOS, ÓYENOS.
El 17 de octubre 2021
El vigésimo noveno domingo del tiempo ordinario
La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con todos ustedes.
O bien: La gracia y la paz de Dios, nuestro Padre y de Jesucristo, el Señor estén con todos ustedes.
(o bien: el rito de aspersión)
Hermanos, hoy celebramos el vigésimo noveno domingo del tiempo ordinario. Jesús es nuestro sumo sacerdote y somos miembros de su sacerdocio por el bautismo. Para celebrar dignamente estos sagrados misterios, reconozcamos nuestros pecados.
Tú, el sumo sacerdote de nuestra salvación, Señor, ten piedad.
Tú, que diste la vida por la redención de todos, Cristo, ten piedad.
Tú, maestro, siervo y redentor nuestro, Señor, ten piedad.
Dios todopoderoso,
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados,
y nos lleve a la vida eterna.
ORACIÓN UNIVERSAL
CELEBRANTE:
Mis hermanas y hermanos,
Hermanos, Jesús es nuestro sumo sacerdote y somos miembros de su sacerdocio por el bautismo. Entonces, confiadamente hagamos nuestras peticiones
a Dios.
Cel:
Dios, que nos llamaste para compartir el sacerdocio de tu Hijo, nuestro sumo sacerdote, concédenos que participemos activamente en la misa y en la vida de tu Iglesia para llegar a tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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