Por favor, lean este pasaje antes.
Mis hermanas y hermanos,
En las cartas de San Pablo, él escribió de los problemas de sus cristianos de su tiempo. En las cartas de San Pablo, nosotros leemos sus palabros en nuestro tiempo con nuestros problemas.
Unos gálatas creyeron que los nuevos cristianos necesitaban recibir la circuncisión y después el bautismo. Para San Palo, nada era importante sino a ser una nueva creatura por la cruz de Cristo. No se gloriaba en algo que no fuera la cruz de Cristo.
Como un judío fiel, San Pablo recibió la circuncisión. Pero si, por su fe en Cristo, no le importa la marca de la circuncisión. Para él era más importante que llevar en su cuerpo la marca invisible de la cruz de Cristo. Entonces, para San Pablo, los gálatas no necesitaban recibir la circuncisión; sólo necesitaban recibir la nueva creación por el bautismo en Cristo.
Somos varones o mujeres; somos demócratas o republicanos; somos los que hablamos inglés o español; somos niños, viejos, u adolescentes. Pero, eso no nos importa. También no importan nuestras cuentas bancarias, ni el prestigio, ni la reputación, ni el estatus de nuestra vida, ni algún otro. También, no importa que somos ciudadanos o no-ciudadanos de los Estados Unidos de América. Entonces, ¿Qué es importante? Lo importante es que Cristo nos signó con la marca de sus sufrimientos, que es su cruz. Él nos bautizó en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
No podemos ver esta marca de Cristo; es invisible. Es la marca de Cristo que fue crucificado y fue resucitado de los muertos. Esta marca bautismal que recibimos de Cristo nos hace el otro Cristo y el Hijo de Dios. No es esta marca visible como el estigma de San Francesco de Asís, pero si, es la marca de los hijos de Dios.
Hermanos gálatas o de los de los Estados Unidos de América: que la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos ustedes. Amén.
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