Por favor, lean este pasaje antes de la homilía.
Celebramos la Solemnidad de la Ascensión del Señor.
Un amigo mio retiró de Fuerza Aérea como Comandante designado, pero fue Capitán. El comandante Designado es un Capitán que necesita esperar cuando un Comandante se promueva al rango más alto, o muera o retire para que sea en verdad un Comandante. Ustedes lo saben más que yo.
Celebramos la ascensión del Señor. Somos ciudadanos del cielo designados. Su triunfo es también nuestra victoria. Su ascensión es nuestro ascenso: no ya somos designados, pero somos victoriosos. Podemos poner “nuestra esperanza en llegar, como miembros suyos, a donde Él, nuestra cabeza y principio, nos ha precedido.”
No somos personas insignificantes en el mundo, pero si, somos Cristo, el mismo, en nuestro mundo. Jesús ascendió al cielo para remanecer con nosotros y para que nosotros pudiéramos estar con Jesús en el cielo. Jesús no se fue alejarse de nosotros, sino que se unió a nosotros: Jesús y nosotros trabajamos juntos tanto en la tierra como en el cielo.
“Está escrito que el Mesías tendría que padecer y había de resucitar de entre los muertos el tercer día, y que su nombre había de predicarse (por mediode nosotros) a todas naciones . . . la necesidad de volver a Dios y el perdón de los pecados.” Nosotros somos testigos de ello.
Estamos con Cristo, no estamos solos o únicos. Somos unidos a Cristo en su gloria y Cristo es unidos a nosotros en la suya.
Leave a Reply