Por favor, lean este pasaje antes.
Mis hermanas y hermanos,
Cristo es la imagen de Dios invisible. Vemos al Dios sólo cuando vemos a Cristo. Si vemos a Cristo, vemos a Dios.
¿Cómo vemos a Cristo? Cristo es el primogénito de toda la creación. El primogénito es semejante a los demás nacidos. Si vemos los demás nacidos vemos a Cristo, el primogénito, y entonces, verdaderamente vemos a Dios.
Nadie es santo, ni la virgen santísima Madre de Cristo es semejante de Cristo, á menos que está en el cuerpo de Cristo. Cristo es el primogénito; la virgen Madre y todos los demás santos son los demás nacidos como nosotros somos.
Cristo tiene toda la creación en las manos. Él es Señor de todo. El cielo y la tierra tienen su fundamento en Cristo. Toda la santidad de los santos tiene su fundamento en la santidad de Cristo.
Cristo existe antes que todas las cosas. Cristo existe siempre y nunca ha tenido principio. Nosotros y las demás criaturas existimos temporalmente, después de la iniciación.
Cristo es con el Padre y vive para siempre, luz sobre toda luz. Pero si, este Cristo, con toda su gloria y majestad, sin embargo, está en casa con nosotros. Es familia nuestra. Es cabeza y nosotros somos su cuerpo. Donde la cabeza está, también está el cuerpo, y donde el cuerpo está también está la cabeza.
Las Escrituras nos desafían a ver a Dios en todos las mujeres y los varones como imágenes de Dios en Cristo. Vladimir Putin y Volodymyr Zelenskyy, nuestros enemigos y amigos, los refugiados y inmigrantes, todos hemos nacido a la imagen de Cristo el primogénito, y todos podemos mostrarnos a la imagen de Dios que es en Cristo.
Dios quiso que en Cristo tuviéramos la plenitud del primogénito y recibiéramos toda la paz en viendo a Dios en su visibilidad.