El 10 de septiembre 2023(Mateo 18,15-20)

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Por favor, lean este pasaje antes. 

Mis hermanas y hermanos,

Una vez en la historia de la Iglesia, existían los Padres del Desierto.  Eran los que preferían vivir en el desierto más que en las ciudades.  Una vez, el anciano y venerable Abad Negro se mandó corregir a un hermano que estaba errando.  Llenó su cubo que tenía fugas de arena y lo llevó el mismo a este hermano.  Los demás monjes le dijeron que su cubo tenia fugas y él contestó que se había mandado para corregir a su hermano cuando él mismo no había revisado que lleva su cubo que tiene fugas.

Primero ve a reconciliarse con tu hermano o hermana con quien hay desacuerdo.  Hazlo sin gran anuncio a los demás. 

Si falta ese, lleva contigo dos o tres testigos de confianza.  Ultima vez tráelo a la comunidad de la Iglesia.

Si no hace caso, aparate de él como de un pagano o de un publicano para (que) traer a su hermano o hermana al arrepentimiento y reunirle a la comunidad.  Recuerda que es sólo en la comunidad donde hay fuerza y que aparte de la comunidad hay gran peligro.

¿Cómo hacemos con un pagano o publicano?  Jesús comía y bebía con ellos.  Jesús hablaba con ellos y los escuchaba.  Jesús nos enfrenta a hacer lo mismo con nuestros hermanos que pecan o están en un error.

Compartimos el poder de atar y desatar como los apóstoles.  Atamos a los otros a Cristo y los desatamos de su pecado y de su separación de Cristo.

Cuando trabajamos para unir a los demás, cuando nos enforzamos a destruir las paredes entre los demás, hacemos el trabajo de Jesús y nosotros somos los dos o tres o más juntos y, entonces, Jesús está con nosotros.

Necesitamos hacer este sin arrogancia u orgullo porque todos llevamos detrás de nosotros nuestros cubos que tiene fugas de nuestros pecados.