El 11 de septiembre 2022 (1 Timoteo 1,12-17)

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Por favor, lean este pasaje antes. 

Mis hermanas y hermanos, 

Hace más que cincuenta y cuatro años soy ordenado sacerdote y no vi más que una persona que estaba pecando.  Yo vi sólo una persona que estaba pecando.  Yo me vi sólo.

El autor de esta carta a Timoteo hablaba de Pablo como blasfemo y perseguidor de la Iglesia con violencia.  Pero si, este perseguidor “con violencia” recibió misericordia de Dios y creía en Cristo.

El autor hacía excusas para Pablo, diciendo que Pablo actuaba en ignorancia.  Además, Cristo vino al mundo para salvar a los pecadores y si Dios podía salvar a Pablo con sus grandes pecados, Dios puede salvar a todos los demás pecadores.  Si Pablo no era pecador, no podía salvarse por Cristo, porque Cristo vino al mundo para salvar a los pecadores, no a los santos.

Cuando los otros pecadores ven lo que Dios en Cristo hizo con Pablo, perdonando sus pecados, los otros pecadores se convertirán de sus pecados y recibirá el perdón de sus pecados.  El perdón de los pecados de Pablo llama a los demás pecadores a recibir la misma gracia de Dios, que es el don de la vida eterna.

La misericordia de Dios por Cristo ayuda al autor a bendecir “al rey eterno, inmortal, invisible y único Dios con gloria y honor por todos los siglos de los siglos.”

Cuando sabemos que Dios nos ha perdonado nuestros pecados, respondemos bendiciendo a Dios, “Dios reconcilió al mundo consigo por medio de Cristo, y a nosotros nos confió el mensaje de la reconciliación.”