Por favor, lean este pasaje antes.
Mis hermanas y hermanos,
¿Cuál es una boda sin el fotógrafo? Supongamos que tu hermano se acuerde de fotografiar la boda de tu niña y no vino a la boda ni se justificó: ¿va usted a expulsarlo de la familia?
Supongamos que haya apagón regional y sus sobrinos se ofrezcan para suplir la iluminación de toda la boda e no hicieron nada: ¿Qué van ustedes a hacer?
Supongamos que se tenga por costumbre que el esposo vaya a la casa de su prometida para llevarla a su propia casa y familia. En su camino a la casa, el esposo probablemente conocerá a los de la familia de su prometida y de sus amigos que quieren felicitarle y darle dones. Después de mucho tiempo, tal vez, cuando el esposo se regresa a su casa para la boda. Supongamos que las damas de honor supongan la iluminación porque la electricidad no se había inventado. Supongamos también que unas damas no tenían bastante de combustible para sus lámparas.
¿Qué pensará el pueblo del esposo que no podía proveer bastante iluminación para todos los que venían a la celebración de la boda? Después de todo, no había una celebración ordinaria, pero una celebración de una vez en la vida, ¡el esposo no proveía la necesitada iluminación para esta grande ocasión!
¿Se justificó el esposo porque cerró las jóvenes descuidadas de la boda?
Jesús no habló una celebración ordinaria o común y corriente. Describió una celebración de una vez en toda la creación: es la cena de la boda del Cordero.
Debemos marcar nuestros calendarios para este evento. No sabemos el día ni la hora, debemos marcarlo porque es demasiado importante para estar listos.