Por favor, lean este pasaje antes.
Mis hermanas y hermanos,
Jesús fue hacia sus discípulos caminando sobre el agua. Ellos decían que Jesús era un fantasma. Jesús los contestaba, diciendo, “Soy yo, no teman.”
Cuando Dios se revela a Moisés a la zarza ardiente, dijo, “yo soy el que soy”. La traducción literal se dice en muchos lenguajes, “Yo soy”.
Entonces, ¿quién caminó sobre el agua a los discípulos en su peligro? Es el que es el Dios de la zarza ardiente que es también Dios del éxodo, el Dios que salva el pueblo de Dios.
“Soy yo”, “yo soy el que soy” el que siempre camina sobre el agua por todo el peligro para salvarnos. ¿Quién es presente a nosotros en la reunión de su pueblo para la Eucaristía? Es el Dios que es el “Yo soy”, el “Yo soy el que soy,” el gran ser, el gran “soy yo”.
¿Quién es presente a nosotros cuando la palabra de Dios se proclama en la Misa, sino es el Dios que es el más gran ser que manda pan y vino para que se cambie en el cuerpo y la sangre de Cristo, sino es el “Soy yo” que caminó sobre el agua durante la tempestad proclamada en el evangelio de hoy?
¿Quién puede destruir nuestro pecaminoso y llevarnos en el reino celeste sino es el mismo “Yo soy” que condujo a su pueblo elegido de Egipto a la tierra prometida y que condujo todos los pueblos de la muerte a la vida eterna de los cielos que también es el “soy yo”?
Cuando estamos en el agua y las tempestades se arrebatan cerca de nosotros y pensamos que estamos muriendo, el Dios que camina sobre el agua, que también manda el viento y el mar está todavía con nosotros. Entonces nosotros de poca fe que “no somos nosotros los que somos” necesitamos permitir que el “soy yo el que soy” nos salve.