El 13 de noviembre 2022 (colosenses 1:12-20)

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Por favor, lean este pasaje antes. 

Mis hermanas y hermanos,

¿Qué los refugiados comparten con los colosenses de la segunda lectura de hoy?  Los cristianos una vez era refugiados de las tinieblas del pecado, y los refugiados de hoy viven en las tinieblas de los campos de refugiados, en la tiniebla de hambre, en la tiniebla de pobreza, en la tiniebla de penuria, en la tiniebla de no tener su patria, e la tiniebla de vivir públicamente sin estar a solas.  Los colosenses había vivido en la tiniebla del pecado, en la tiniebla de ser separado de Dios y de los otros por su pecado, y esta separación de Dios es más fuerte que las tinieblas físicas de los refugiados de hoy.

Los refugiados de hoy quieren una patria, necesitan su seguridad, comida, agua, y medicina por si mismos, sus familias, sus familiares, y sus amigos.

Los cristianos se han llamado de sus tinieblas y trasladado el reino del Hijo de Dios mientras que los refugiados de hoy quieren una patria.

Los refugiados no tienen lideres que pueden conducirlos del campo a la libertad de los demás.  Para ellos no hay presidente, primero ministro, general u otro héroe que pueda liberarlos.  Pero si, los cristianos disfrutan al rey del universo y la unión de todos los santos en gloria.

Los refugiados de hoy son agradecidos por los comienzos nuevos en otros lugares con sus nuevos vecinos y sus nuevos desafíos de su nueva vida.

Nosotros cristianos, liberados del poder de las tinieblas, somos ciudadanos con el Hijo y sus ángeles en su reino universal.  Nuestro redentor es Cristo, el Rey del universo.  Cristo es nuestro país, nuestra luz, la cabeza de nuestro cuerpo, el primogénito de toda la creación. En Cristo Rey hay nuestra esperanza, nuestro gozo, nuestra vida, nuestra patria, nuestra libertad.  En Cristo no somos refugiados, pero elegidos.

En esta fiesta de Cristo Rey, debemos recordar a los refugiados de terrorismo, de guerra, de todo peligro o de pobreza.  Dios los ha llamado a la vida eterna con su Hijo.  Dios también he los nos dado sus dones para que podamos compartir con ellos, nuestra fe en Dios y nuestras riquezas materiales.  ¡Viva Cristo Rey del universo y vivamos con él y con todos los demás en la libertad del campo celestial!