El 14 de julio 2024 Marco 6, 7-13

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Por favor, lean este pasaje antes de la homilía.

Hermanas y Hermanos,

Jesús los envió a sus discípulos de dos en dos, llevando nada para el camino.

Había también en los días de Jesús un grupo muy anticuado llamado los cínicos.  Estos iban de un pueblo a otro en grupos.  Estos condenaban a los demás por sus pecados y maldades.  También no querían remanecer en las casas de cada lugar y preferían quedarse en las plazas públicas porque no querían contaminarse por los malhechores.  Hay cínicos modernos.  Dudan la sinceridad de los que están en poder o en la autoridad.  El Señor Jesús no era semejante a ellos.

Jesús envió a sus discípulos para que pudieran bendecir al pueblo y unirse con los demás.  Jesús y sus discípulos eran Dios-con-nosotros, no Dios de lejos.

Los cínicos llegaron para condenar a los demás; Jesús y sus discípulos llegaron para anunciar la salvación y la amistad de Dios para nosotros.   El mensaje de los cínicos fue la noticia mal; la de Jesús es buena noticia.

Las necesidades de nuestro tiempo son como las del tiempo de Jesús.  Es muy importante que el mensaje se envíe inmediatamente ahora como en el tiempo de Jesús.  Los que reciben el mensaje van a soportar a los mensajeros; no necesitarán ni pan, ni mochilas, ni dinero, ni otra túnica.

Aquí, cerca es el reino de Dios.  La buena noticia está corriendo rápidamente.  Nuestro es el trabajo.  Jesús nos envía con el mensaje.  No somos cínicos, pero somos cristianos con el buen mensaje para todos los pueblos del mundo.  Necesitamos correr activamente.