Por favor, lean este pasaje antes.
Mis hermanas y hermanos,
Hoy reanudamos las lecturas del evangelio según San Mateo en nuestras liturgias dominicales.
Jesús se compadecía de las multitudes. Eran como ovejas sin pastor. Tal vez Jesús viera su necesitad y que solo no podía cumplir su ministerio sin el ayudo de otros. En esta cosa, Jesús era como Moisés que también necesitaba el apoyo de muchos sabios ancianos de pueblo en el desierto del éxodo. Con otros Jesús manejaba su misión.
Jesús llamó a sus discípulos y eligió a doce los que llamó apóstoles. Apóstoles son los que son enviados. Estos apóstoles tuvieron que preparar al pueblo para la venida de Jesús. Los apóstoles podían expulsar a los espíritus impuros, curar enfermedades y dolencias y proclamar que ya acerca el Reino de los cielos. Los apóstoles habían recibido muchos dones y gracias y tuvieron compartir estos dones dondequiera iban.
En nuestra tradición, los doce apóstoles son los precursores de los obispos. Si los doce son precursores de los obispos, los demás primeros discípulos son precursores de los demás de nosotros.
Jesús veía la muchedumbre como ovejas sin pastor: ¿nos vemos nosotros como ovejas sin pastor o somos nosotros como los que apoyan a Jesús en su tarea pastoral?
Cada uno de nosotros tiene dones. Ningún don se da sólo para él que lo recibió; ningún talento exista para sí mismo. Todos los talentos son recibidos para ser compartidos.
Ustedes comparten sus dones y talentos con familia, con amigos, con muchos otros. Este compartir es el base de nuestras economías y sistemas políticos. El compartir de nuestros talentos y dones hace nuestra parroquia viable. Era verdad en edades pasadas y es verdad ahora.
No necesitamos más sacerdotes, pero si, necesitamos más discípulos fieles. Discípulos fieles generan padres fieles, y familias fieles. Estas familias fieles generan sacerdotes fieles.
Nuestros sacerdotes serán tan santos como las demás ovejas. Si los otros discípulos no son santos, tampoco sus sacerdotes serán santos. Si sus padres no son santos tampoco sus niños son santos. Queremos que las ovejas de Cristo sean santos y sus sacerdotes también sean santos. Queremos que todos los discípulos de Cristo sean como los con pastor.