Por favor, lean este pasaje antes de la homilía.
“Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre.”
Glorificamos a los héroes que han dado su vida por la patria en guerra. No glorificamos a los cobardes que huyen del peligro.
La gloria del Señor es un tema importante del evangelio según San Juan. Jesús hizo el primero de sus signos en Caná cuando cambió el agua en vino. Jesús manifestó su gloria y sus apóstoles creyeron en él. Su gloria era el mostrar el amor de Dios para todos.
Todos los signos que Jesús ha hecho revelaron la gloria de Dios. La muerte de Jesús fue para la gloria de Jesús. Sin su muerte no sería su resurrección o su gloria.
En la víspera de su pasión y resurrección, en la lectura de hoy, Jesús podía ver su glorificación. Su hora la más oscura fue la hora de la iniciación de su glorificación.
¿Por qué hay la glorificación? La heroicidad produce la glorificación. ¿Qué tenemos que hacer para nuestra glorificación? Si somos discípulos de Jesús tenemos que amemos los unos a los otros como Jesús nos ha amado. Fácil es amar a los que nos aman; pero es la heroicidad de amar a todos sin excepción. Tenemos la gloria cuando somos sus discípulos.
No hay más amor que dar nuestra vida por los demás, ni hay más gloria que ser discípulos de él que ha dado su vida para nosotros. Su gloria era el mostrar el amor de Dios para todos.
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