El 23 de enero 2022: Homilía: 1 corintios 12:12-30:

posted in: Uncategorized | 0

(Por favor lean este pasaje antes)

Mis hermanas y hermanos,

Muchos miembros hacen un cuerpo.  De muchos hay unidad.  La mano y los dedos del pie son parte del cuerpo; la cabeza y la rodilla son partes del cuerpo; el ombligo y la piel son partes del cuerpo.  De muchas partes del cuerpo so conforma un solo cuerpo.  Si le duele a una persona una oreja o una rodilla, el todo cuerpo tiene dolor de oreja o rodilla.  Si una parte tiene dolor, el todo tiene el mismo dolor también.

También, las partes las más frágiles son las más importantes.  No escondemos la cara, pero si vestimos los órganos reproductores para protegerlos.

En nuestra sociedad, es lo mismo.  Las más frágiles de la sociedad son las más importantes.  Los bebes y los niños, así como los más ancianos son los más importantes.  Los más fuertes deben servir a los más frágiles.  El don de los niños es el futuro de la sociedad; el don de los ancianos es la historia de la sociedad; el don de los fuertes es el presente de la sociedad.  Todas las partes deben cooperar unos con los demás para el bien de todo.

Cristo también tiene cuerpo.  “Todos los judíos y no judíos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en el mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo.”  Cristo tiene un solo cuerpo porque hay un único Cristo.  Su cuerpo glorificado contiene a todos nosotros, todos los miembros de su Iglesia, todos los que estamos vivos y todos los muertos.  Hay muchos miembros, pero si un solo cuerpo.  Como el cuerpo humano tiene más que 37 billón de células, así el cuerpo de Cristo tiene muchos miembros.  La totalidad de la Iglesia es el cuerpo de Cristo y cada un individuo también es Cristo.

Cada uno de nosotros es importante y necesario y tiene un compromiso para con la Iglesia como cada célula tiene una intención en el cuerpo humano.  Porque todos nosotros somos importantes en la Iglesia, nuestro papa Francisco quiere que todos nosotros compartimos el proceso del sínodo de la Iglesia.  El cuerpo humano es sinodal porque todas sus células cooperan unos con los demás.  Por la misma razón, el cuerpo de Cristo es sinodal con todas sus partes cooperando juntos, unos con los demás.

Si un miembro del cuerpo tiene dolor, el todo cuerpo sufre.  Si un miembro de la Iglesia, que es cuerpo de Cristo, sufre, todo el cuerpo de Cristo sufre.  Si los refugiados sufren, nosotros también sufrimos.  Somos juntos con los miembros de Cristo en México, en Rusia, en China, en Italia porque somos un solo cuerpo de Cristo.