(por favor, lean este pasaje antes
Mis hermanas y hermanos,
Hoy celebramos la fiesta de la Sagrada Familia. José, María, Jesús y nosotros también formamos parte de esta familia, como dice San Juan en el pasaje arriba, “No sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que los somos.” Ahora somos hijos de Dios, pero si, somos coherederos con Cristo. Nuestra herencia está con Cristo con el Padre.
Los británicos tienen a su Príncipe de Gales, que es sólo una persona, pero si, todos nosotros somos príncipes con Cristo. El Príncipe de Gales algún día será rey de Inglaterra, y su hermano no será nada. Pero nosotros si, nosotros todos somos coherederos con Cristo y reinamos con él.
Dios nos dio nuestra familia para que pudiéramos aprender cómo comportarnos en la familia de Dios. Entonces, Jesús nos ha dado el mandamiento de la familia de Dios: debemos amarnos los unos a los otros. Nuestros papás nos dieron el mismo mandamiento en nuestra familia humana.
En la familia humana, los papás enseñan a sus hijos cómo debemos amar a los demás en la familia, y por eso nosotros debemos aprender a amor a los extranjeros de la familia.
En nuestra familia aprendemos a amar a los parientes, los vecinos, los de la familia del mundo, a los que son de la familia de las otras naciones, y a todo el pueblo del Señor. Más también, somos hijos de Dios, de la familia de Cristo.