Por favor, lean este pasaje antes.
Mis hermanas y hermanos,
Hace tres años que mi homilía es sobre la segunda lectura de la misa. Hoy inicio tres años con la lectura del evangelio.
Cuando el padre de familia dice, “si supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se metiera por un boquete en mi casa”, el padre dice que esta acción es una acción de pasado, el crimen se ha cometido. Solo es ahora que encuentro al criminal y recupero el botín.
El Señor está viniendo. De hecho, ya ha venido el Señor. Como un niño en el seno de su madre ya ha venido, pero está viniendo más hasta la luz, así el Señor está aquí y está viniendo. Como un regalo, envuelto y decorado con papel y ornamentos y está aquí, necesita desenvolverse para venir completamente, así el señor está aquí y también está viniendo.
En tiempos de Noé, el Diluvio se inició el primer día de la lluvia. El Diluvio no se vio hasta el día cuadragésimo cuando el ribero se rompió.
El Adviento está aquí, el tiempo de la posada. El Señor otra vez está viniendo, pero si, el Señor ya está aquí en nuestra asamblea, en la proclamación de las escrituras, y también el en pan y vino de la eucaristía.
El Señor ya está aquí, pero sí, está viniendo en nuestra vida otra vez y otra vez.
El Señor se mueve entre nosotros como una madre que juega cucú está con su niño. El Señor está aquí y está viniendo al mismo tiempo.
El está viniendo como un ladrón en la noche, pero si, no es ladrón. Tal vez nosotros seamos ladrones porque robamos al Señor de su gloria y honor.