El 8 de septiembre 2024 Marcos 7, 31-37

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Por favor, lean este pasaje antes de la homilía.

Hermanas y Hermanos,

Jesús usaba un ritual para sanar “a un hombre surdo y tartamudo.”  Jesús lo apartó a un lado de la gente, le metió los dedos en los oídos, le tocó y dijo unas palabras.

Los rituales nos ayudan a hacer ciertas cosas.  Nuestros rituales matutinos garantizan que nos vistamos y estemos listos para el día, sin peinar los dientes y limpiar el pelo.

Los rituales también nos advierten que alguien importante esté a mano.  Niños también saben cómo ritualizar las cosas en su juego.

San Marcos usaba palabras claves para fortalecer la importancia de lo que Jesús dijo e hizo.  Él usó cuatro palabras a lo largo de su evangelio para mostrarlo.  En el pasaje de hoy Marcos usó tres de las palabras claves.

Las cuatro palabras griegas necesitan términos diferentes en español.  Las palabras son éxtasis, liberación, enseguida, y levantarse.

El éxtasis es un estado de ser fuera de sí.  La liberación puede significar la liberación del dolor o del pecado.  Enseguida significa ahora o el camino correcto.  El levantarse, lo que Marcos no usó aquí, es dar nueva vida después de la muerte.

Jesús le dijo al surdo, “¡Effetá!” (que quiere decir “¡Ábrete!” o bien “sea librado del impedimento o de sus pecados.” Inmediatamente, o bien, ahora, los oídos se abrieron, y el impedimento se puso en libertad y la persona pudo hablar correctamente.  Entonces la gente fue asombrada, o estuvo afuera de sí.

Jesús, en este evangelio, fue librando a la gente de sus enfermedades incluyendo la muerte y también libertándonos de los pecados y la muerte.  Jesús hace rectos sus senderos y nosotros le seguimos.  Los que vieron las maravillas que Jesús hizo y dijo estuvieron fuera de sí y nosotros igualmente esperamos el éxtasis de estar fuera de nosotros en la gloria del Padre.  

Nuestro ritual de la Eucaristía nos acercará más cerca del éxtasis del cielo.