El 9 de julio 2023(Mateo 11:25-30)

posted in: Uncategorized | 0

Por favor, lean este pasaje antes. 

Mis hermanas y hermanos,

En el evangelio de hoy, Jesús habla, primero a su Padre, después a nosotros.

Da gracias a su Padre porque su Padre mostró su preocupación para los pequeños.

Eso es lo que el Padre usualmente hace.  Los antiguos israelitas vivían en una tierra entre dos países Egipto y Mesopotamia.  Dios eligió a Israel para recibir la revelación especial de su palabra.  Dios los sostenía a los israelitas sin embargo ellos vivían entre hambrunas, por viajes, por exilios, y por gobernantes opresivos y extranjeros.  A Israel, Dios mandó a Jesús para que por la humildad del nacimiento en Oriente Medio Dios puede salvar a todas las naciones.

Nadie puede ver a Dios; Dios es invisible.  Este Dios invisible se hizo carne para que pudiéramos ver la verdad de Dios visible.

En las familias humanas, los padres heredan a sus hijos sus semejanzas y los niños reflejan las semejanzas de sus padres.  En las familias humanas, los padres y los hijos son parecidos en sus palabras, en su andar, y en su interacción con los demás.  En las familias humanas, vemos fácilmente las semejanzas familiares.

Es lo mismo con la familia divina.  El Padre genera en el Hijo y una relación tan perfecta que el ver al Padre es ver al Hijo, y viceversa.  “Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sine el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.”  Tenemos nota que si conocemos al Padre es porque el Hijo ha decidido a revelarsenos, no es porque nosotros  hemos elegido conocer al Padre.  Los que están fatigados y agobiados, los pequeños, los pobres, y los repudiados por los ricos, son los a quienes Cristo quiso revelar al Padre.