Homilia: 1 corintios 7,32-35 El 31 de enero

(Por favor lean este pasaje antes)

Mis hermanos y hermanas,

San Pablo escribía sobre la necesidad de vivir sin preocupaciones.  Les hablaba de los casados y de los solteros, los que no están casados.  Cuando las Escrituras hablan de dos contrarios, incluyen a todos que están entre los contrarios.  Por ejemplo, saber de la A a la Z es saber B, C, D etcétera, todos los que está entre la A y la Z.

Les hablaba a los solteros y los casados incluyendo los que son casados pero sólo viven juntos, a los divorciados, a los que están en las relaciones difíciles, a los que no pueden casarse, y a los que no quieren casarse.  Todos los casados y los solteros y los demás debemos vivir sin preocupaciones.

Nuestras preocupaciones nos distraen de Dios que es nuestro foco y meta.  Cada uno de nosotros, los casados y también los solteros, podemos distraernos.  Pero San Pablo quería que viviéramos sin preocupaciones.  Escribía que su pueblo pudiera concentrar en Dios.

Entonces veo que todos ustedes quieren concentrarse en el trabajo de Dios y vivir sin preocupaciones.  Pero veo algunas otras preocupaciones.  Quieren concentrarse en Dios, luchan mucho para vivir con Dios porque quieren hacer su voluntad.

Quiero decirles a los que no hagan preocupado.  Su lucha es buena.  Su lucha es signo de tu buena voluntad en estar con Dios y Dios los bendice en esta lucha.  No pueden pecar si estás luchando para hacer el bueno.

Los atletas tienen entradores para que los ayuden a ser mejores.  El tener un entrador es muy bueno porque ser buen atleta es mejor.  La lucha a ser mejor en el deporte y en nuestras relaciones con Dios es buena.

Como un buen entrador que soy, quiero alentarlos que continúen en su busca de mejorar las relaciones con Dios.  Luchan porque querer ser discípulos de Dios.  El ser discípulo de Dios es una lucha; el ser discípulo del diablo es muy fácil y no necesita lucha.

Si luchan para ser cristianos, estoy orgulloso de ustedes.  Luchan para ser mejor.  Su lucha es virtud.  Su lucha es bueno.  No debemos menospreciarnos con preocupaciones; la lucha es nuestra virtud.